Cada cafetera requiere diferentes medidas de partículas para garantizar una extracción perfecta. Uno de los pasos específicos para poder preparar un café exquisito, está dado por el control de la «granulometría en la molturación». Es decir, no sirve la misma molturación para preparar un café de «filtro» que un “espresso”.

Pero, ¿En qué consiste la granulometría en la «molturación»?, sencillamente podríamos decir que, es el proceso a partir del cual, se transforma la estructura del grano de café al compactarlo y transformarlo en miles de partículas que amplían la superficie a través de la cual el café entra en contacto con el agua, para poder extraer las propiedades del grano.

Si nos remontamos a su origen en Etiopia, en donde actualmente se continúa realizando la ceremonia del café como se efectuaba antiguamente, podremos tomar conciencia de la importancia directa y del protagonismo que posee el proceso de molturación.
Desde tiempos remotos se descubrió, que si el café se tuesta y muele en forma adecuada, se obtiene como resultado una infusión aromática, intensa lista para disfrutar.

En estas tierras remotas, tradicionalmente son las mujeres las encargadas del tueste del café, para ello colocan los granos en una superficie plana, como podría ser por ej. un sartén o plancha metálica y los tuestan sobre el fuego de leña. Cuando logran el punto esperado, continúan con la siguiente etapa del proceso utilizando una especie de mortero y machacan el café con un pilón hasta lograr la consistencia deseada.

Luego calientan el agua en una vasija y le agregan el café recién molido. Finalmente, cuando el agua con el café llegan al punto de ebullición, está listo para servir.

El café se presenta en tazas, que pueden estar acompañadas de cardamomo en una bandeja decorada con flores. Esta presentación artesanal permite disfrutar de un producto inigualable y seguramente, para aquellos que tienen la fortuna de participar en esta degustación, la considerarán como una las experiencias sensoriales más increíbles, a la hora de disfrutar de una de las mejores tazas de café.

Otra de las formas para obtener una granulometría muy fina, se logra utilizando los molinos de piedra o de acero, que se emplean para la preparación del café turco.

Tanto si utilizamos la forma tradicional o los equipos más sofisticados, siempre necesitaremos molturar el café en la medida justa y necesaria acorde al resultado buscado para nuestra infusión.

El sistema de fresas o muelas y de rodillos, es otra de las variables que generalmente se emplea para el café que se va a consumir en los hogares y en los hoteles. Otra manera de moler el café, es a partir de martillos Fitzpatrick, presente en los molinos eléctricos domésticos y el molino Entolator.

Ahora bien, independientemente del dispositivo utilizado para moler el café, la característica más importante, es lograr un resultado óptimo que garantice una granulometría adecuada según el tipo de café y la máquina que utilicemos para obtener la infusión deseada. Para ello, deberemos considerar el tipo de café, el tueste, la humedad, la regulación del molido, el equipo a utilizar y por supuesto, la calidad del agua, ya que estos procedimientos nos brindarán resultados diferentes a partir del mismo producto.

Si bien finalmente, será el Barista el que desde su «expertise» deberá conjugar dichos aspectos para obtener el «espresso» deseado. En la actualidad podemos conocer los procesos y las características del café.

Dichos conocimientos se encuentran al alcance de todos aquellos que amamos y disfrutamos del café, lo cual abre un espacio creativo con múltiples posibilidades para que cada uno desde su hogar, según sus preferencias e ingenio pueda ser artífice de su propia taza de café.

Te invito a viajar con la imaginación y los sentidos….. Hoy, ¿Qué café elegís para preparar tu infusión?

GS.Vågn Nu

«El café es como el amor, si es verdadero requiere tiempo y dedicación».

GS.VågnNu